lunes, 22 de marzo de 2010

INFORMACION DE PRENSA: FOTOS

CINCO MINUTOS LA VIDA EN FOTOS
(en el siguiente posteo, la gacetilla de prensa)


INFORMACION DE PRENSA: GACETILLA DE PRENSA

Vuelve, ahora en versión café concert, inaugurando el CICLO DE CAFÉ CONCERT DE EL ARBOL DE GALEANO, como una burbuja que la trae el viento…

Cinco Minutos la Vida
de Manuel Villarrubia Norri

Luego de dos temporadas anteriores en la Sala Ross y una temporada en El Arbol de Galeano, habiendo pasado por el “Octubre Teatral Universitario” (C. C. Virla), el Primer Festival del Humor Teatral “El Uñudo” (C. C. María Magdalena) y la Fiesta Provincial del Teatro.

Sobre la obra:
Tributa a los melodramas.
Satiriza a los melodramas.
Es una comedia que toma como referente al melodrama (género que sobredimensiona lo doméstico y pone una lupa sobre los sentimientos) y lo desmonta en capas, como una cebolla.
Desde una superficie, es una parodia a los teleteatros (melodramas llevados a la televisión, como por ejemplo los de Nené Cascallar, Alfredo Migré). Parodia por ejemplo los tiempos de las escenas y los parlamentos, propone un ritmo propio, por momentos es una suerte de naturalismo o arritmia que provoca al público y lo hace dejar de ser pasivo y el resultado por momentos es el de una comedia liviana, pero el texto no es nada llano.
Desde la puesta la música tiene un rol protagónico ya que marca los climas y tonos emocionales que llevan al público a antiguas épocas y no es casual por esto que se ponga en cartel los días domingos.
El vestuario y el dispositivo escénico pertenece a las décadas de los años 60/70.
Resulta ser una foto única de una vieja Argentina.

Sobre la anécdota:
La historia transcurre en el escritorio de la mansión Izaguirre. Luis Alberto, dueño de casa y empresario recibe la noticia de que su imperio se viene abajo, trata de recuperar todo sin levantar sospechas en su mujer, Martha Esther Sosa López de Izaguirre, que soberbia, elegante y calculadora no colabora en esta situación. Irrumpe en sus vidas María, María Pompeya, quien lo salvará y develará la verdadera “trampa”.
Pero oculta algo…

Temas que se tratan:
El complejo argentino, la discriminación, el poder, el sometimiento de clases, la familia como institución y el modelo de amor.

Ficha técnica:
Actúan: Manuel Villarrubia, Gonzalo Veliz y Diego Ledezma
Asistencia: Roxi Álvarez González
Dirección: Manuel Villarrubia Norri
Producción general: Club Concert

La cita es los domingos de abril a las 21:30 hs. y los miércoles de abril a las 21 hs. en El árbol de Galeano (Rivadavia 435), A PARTIR DEL DOMINGO 4 DE ABRIL.
Nuestra pagina: www.clubconcert.blogspot.com (de aquí se puede bajar toda la info para prensa y fotos)
Buscanos en el Facebook, nuestra página es Club Concert.
A continuación una CRÍTICA DE CARLOS ALSINA

INFO DE PRENSA: CRÍTICA DE CARLOS ALSINA

Palabras sobre Cinco Minutos la Vida

Reír. Son pocas las reacciones más placenteras a las que podemos aspirar que superen el mágico encanto de la risa. Por instantes olvidamos las amarguras de este mundo y todo parece más fácil y posible.
No hay momento más comunitario que el de la risa. Nos unificamos en una carcajada que expresa el sentir colectivo, unánime, de los presentes.
Por ello es tan difícil hacer reír. Es preciso “convencer” a todos.
Es ésto lo que ocurre en el espectáculo escrito y dirigido por Manuel Villarrubia Norri, “Cinco minutos la vida”.
Definido por sus hacedores como un “meloteatro” la obra posee una profunda simplicidad.
Satiriza los melodramas de las telenovelas apuntando, a través de acciones, gestos y situaciones, a lo recargado de ese género pero también a cierta característica de realidad que provoca su mantenimiento y su consumo por grandes capas de la población.
El melodrama, la radionovela, la telenovela siempre han sido considerados expresiones menores y bastardas de la expresión teatral, radial o televisiva. Algo de razón hay en ello debido al uso narcotizante que los medios de información masivos hacen de las mismas.
Sin embargo, en esa doméstica que se enamora del señorito, hay un sueño de igualdad. “El amor, como la muerte, todas las cosas iguala” decía Don Quijote a Sancho Panza. Y tiene razón.
La discriminación de clase está presente en esos textos simples y esquemáticos con los que miles de personas se identifican, lloran y ríen.
Villarrubia Norri toma el camino de la sátira pero lo hace con respeto y humildad. No se coloca en el podio de los soberbios. Se acerca al melodrama con ternura y cariño y trasmite en su obra y en su puesta precisamente esas sensaciones.
Las acciones que ejecutan los personajes están marcadas y subrayadas por efectos musicales y por el modo “distanciado” con el que los actores las realizan. Podemos ver en ellas una reflexión, un punto de vista crítico, un aleph a través del cual es posible repensar lo que vemos. Por ello no se trata de una parodia, sino de una sátira. La parodia apunta a lo epidérmico, la sátira a lo substancial, a lo ideológico.
La puesta es muy simple. Un escritorio y una estatua de Cupido son los únicos elementos escenográficos. Está muy bien. ¿Para qué más? Con esos dos elementos los actores son capaces de crear las situaciones necesarias con llamativa riqueza.
El vestuario es juguetón y creativo. Esas zapatillas marca “Flecha” de María Pompeya son la síntesis del cuidado y la coherencia con las que Director montó la pieza.
El trabajo de los actores es excelente:
Julieta Sangenis compone un personaje desopilante en su Martha (con “h”) Esther (con “h”) Sosa López de Izaguirre. Su capacidad expresiva, sus gestos, sus ojos, sus tiempos son perfectos para construir el estilo requerido. Julieta hace reír. Y mucho. No es fácil, repito. Y ella lo logra con creces.
Daniel Fernandez como Luis Alberto Izaguirre aporta un excelente trabajo corporal además de sus condiciones actorales. Maneja, al igual que sus compañeros, con precisión matemática los objetos de escena y compone un personaje pleno de aristas y pliegues.
Manuel Villarubia Norri interpreta a María Pompeya, la doméstica. Su trabajo es sólido, excelente. No construye sólo el arquetipo, la máscara, de la sirvienta. Va más allá, nos muestra calidez, humanidad, espesor.
Las luces y la música acompañan con coherencia la puesta en escena. El maquillaje de René Ahualli es justo y adecuado y el vestuario de María José Álvarez se luce.
¡Qué bueno es ver teatro y no aburrirse!
El elenco de “Club Concert” logra lo que el teatro, prioritariamente, debe lograr: entretener. Ello no es propiedad exclusiva de la comedia. También una tragedia entretiene.
La cuestión es no transitar por el “Teatro de la nuca”, ese modo aburrido y poco vital en donde los actores ven como se van alejando las nucas de los espectadores.

Carlos Alsina.